cuando vivía solita en la casita de la calle g
Aquí dormía. Dejaba las cortinas abiertas para hablar con los higos de octubre. Soñaba naranjas polacas y despierta caminaba con más deudas que vergϋenza. Tenía un novio por internet de Uruguay que pasaba horas hablandome de Rimbaud, pero a mi me interesaban más los fideos y el sonido de sus ll’s que mojaba en agua. También tenía una amiguito cyber de sol y polvo. El vivía en Argentina y me regalaba canciones de Sui Generis. Huí con miedo y miel cuando me regaló
quiza porque. Y tenía a Javi.
Javi de España.
Javi de los domingos.
Javi de la mañana.
Javi secreto.
Abriamos el
icq los domingos para escribir la pornografia de los violines. Tocabamos avispas con los dedos. Rompíamos teclados. Desnudabamos amapolas. Pero todo terminó cuando hicimos el error de hablar sobre los minutos esperando el metro y de las 9 horas en mi trabajo.......... y el maldito foco de la cocina.
Why did he have to tell me he was a law student?
Un día mi cyberboyfriend de Uruguay me acusó de mitomanía y muy amablemente me mandó a chingar a mi madre. Me gustó la palabra mitomanía por sus alas sucias y por su sonido de una sonata de Beethoven.
Debo decir que dias después conocí a una
amiga de mi ex-cyberboyfriend , una
araña linda y patona y me enamoré de ella porque la luna todavia la seguía.
Un día la invité a mi cama y se quedó.